El trastorno por déficit de atención con
hiperactividad o TDAH, como se conoce comúnmente, afecta a cerca de uno cada 20 jóvenes en todo
el mundo. Puede tener un gran impacto en la vida cotidiana, en la escuela, y con
los amigos.
Los síntomas de desatención,
impulsividad e hiperactividad pueden reducir la capacidad de una persona para
controlar sus acciones y para concentrarse sin distraerse.
Algunas personas han expresado su
escepticismo con respecto al trastorno, pero las imágenes cerebrales han
mostrado que los síntomas de TDAH están asociados con una serie de anomalías en
el desarrollo y funcionamiento de algunas zonas del cerebro.
Veamos primero la corteza cerebral, la capa superficial del cerebro: durante el
desarrollo normal, la corteza, que juega un papel clave en la memoria,
atención, pensamiento y lenguaje, aumenta gradualmente en grosor antes de
alcanzar un máximo durante la adolescencia. Los escáneres muestran que en niños
con TDAH la corteza se desarrolla en
general más despacio, especialmente en las regiones de los lóbulos frontal
y temporal, los cuales son importantes para la memoria y para controlar la
conducta.
Generalmente, la corteza frontal junto con otras partes fundamentales del cerebro son
más pequeñas en los niños con TDAH que en los niños que no lo padecen.
Estas partes del cerebro no funcionan de
forma aislada sino que interactúan ampliamente para crear redes que controlan
funciones como el lenguaje, la atención y el movimiento. La actividad de las
distintas redes aumenta y disminuye, permitiendo que tengan lugar las distintas
funciones. Por ejemplo, mientras estás viendo este vídeo, la actividad de las
redes involucradas en el procesamiento de la información, generalmente, habrá
aumentado, mientras que la actividad de las redes involucradas en la
distracción habrá disminuido. En una persona con TDAH, la actividad de estas redes está alterada y las conexiones dentro de
las redes están interrumpidas, y cuando miramos más de cerca la
comunicación entre estas redes, también hay un trastorno en la liberación de
las sustancias químicas dopamina y noradrenalina, que son las responsables de
trasmitir mensajes entre células cerebrales. En términos generales, cuando los
niños con TDAH llevan a cabo tareas específicas, algunas redes no están encendidas
lo suficiente, mientras que otras permanecen encendidas demasiado tiempo.
Las investigaciones en todo el mundo han
mostrado diferencias en el desarrollo y
en el funcionamiento del cerebro de los niños con TDAH. Aunque todavía no
podemos usar técnicas de imagen cerebral para diagnosticar este trastorno,
cuanto más aprendamos sobre TDAH y el cerebro mejor podremos entender los
síntomas de los niños con TDAH experimentan en la vida cotidiana y más podremos
hacer para apoyarlos.
El contenido de esta animación se basa
en el conocimiento actual y en las investigaciones publicadas. Es importante
señalar, sin embargo, que el conocimiento de la Neurobiología del TDAH está en
constante evolución, y que cada niño con TDAH es único.
El Dr.
Mitul Mehta es profesor adjunto del departamento de Neuroimagen. Su
investigación se centra, sobre todo, en
la acción de las drogas sobre el cerebro. Desarrolla su actividad en el
King´s College de Londres, dirigiendo el grupo de Neurofarmacología.
Anteriormente, ejerció en la Universidad de Cambridge y el Imperial College
(Hospital Hammersmith) antes de unirse al Instituto de Psiquiatría en 2003. Su
trabajo en el sistema de la dopamina fue reconocido por la Asociación Británica
de Psicofarmacología, con el premio a los Jóvenes Investigadores en 2005.
Actualmente es un editor consultivo de la revista Psicofarmacología.
FUENTE:
http://www.kcl.ac.uk/iop/depts/neuroimaging/research/neuropharmacology/index.aspx
(http://mistdahfavoritas.blogspot.com.es/)
(http://mistdahfavoritas.blogspot.com.es/)
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