Hace unos
meses, leíamos diferentes artículos que afirmaban que los conductores con
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tenían casi un 50% más
de riesgo de sufrir un accidente grave de tráfico. Sin embargo, según recoge la
DGT, las últimas investigaciones hacen que los expertos rectifiquen y aseguren
que el riesgo de accidente del paciente con TDAH es menor del que se creía.
J. L. A. |
MADRID 9 junio 2014
La organización
Accident Analysis and Prevention ha publicado un metaanálisis de la relación
entre TDAH y accidentes de tráfico que concluye que el riesgo del paciente de
verse implicado en un accidente, comparado con el conductor sin ese trastorno
es de 1.36. Si se cuentan los kilómetros recorridos, el riesgo es menor.
Este
estudio, comparado con los realizados en los años 90, señala que el riesgo de
accidente de estos pacientes es menor de lo creído, y similar al de otros
pacientes, como los de trastornos cardiovasculares. Según los expertos, esta
mejora se debe, probablemente, al mejor control actual de estos pacientes y a
los avances en los medicamentos usados.
El TDAH es un
problema del comportamiento, más frecuente en varones, que afecta al 5-10% de
la población infanto-juvenil. Los estudios han demostrado que del 60% al 75% de
los niños con TDAH presentan los síntomas hasta su edad adulta.
Los
principales síntomas del TDAH incluyen problemas con la atención sostenida y la
impulsividad, lo que puede tener un efecto adverso sobre una conducción segura.
Esta posibilidad podría reducirse, como vemos, siguiendo un tratamiento
farmacológico.
Los estudios
previos indicaban que los conductores con TDAH adoptan conductas de riesgo con
más frecuencia, cometían más ‘violaciones’ de las normas de tráfico, y tenían
un mayor riesgo de verse implicados en accidentes de tráfico. Como los
conductores más jóvenes presentan tasas más elevadas de accidentes, la relación
TDAH-accidentalidad siempre ha sido objeto de especial atención.
El
cumplimiento de un tratamiento farmacológico para el TDAH reduciría el riesgo de
un hombre de tener un accidente de tráfico en un 58%, en comparación con los
hombres no tratados. Sin embargo, según las investigaciones, en las mujeres no se ha apreciado un beneficio
farmacológico significativo en la prevención de accidentes.
Consejos para
el conductor con TDAH
- Hable
sinceramente con su médico para decidir las pautas de conducción más seguras en
base al momento en que se halle.
- Tenga en
cuenta el consejo del médico sobre los efectos secundarios de la medicación.
Evite conducir en los primeros días de tratamiento y con cambios de dosis.
- Tener que
conducir no debe ser excusa para dejar el tratamiento, ni cambiar sus pautas.
- No conduzca
si nota nerviosismo, somnolencia, temblores, alteraciones de la visión,
movimientos anormales...
- Adapte su
conducción a su estado. En todo caso, descanse cada 2 horas o más si está
cansado, nervioso o con dificultad para mantenerse alerta.
- Si debe
hacer un viaje largo, prepare previamente su recorrido. Recuerde que en la
conducción es fundamental mantener la calma y evitar decisiones precipitadas.
FUENTE:
El
TDAH no incapacita para la conducción pero teniendo en cuenta el riesgo de
accidente, con o sin TDAH, es importante concienciar a los jóvenes sobre cómo
hacerlo de la forma más segura. Es recomendable que las charlas con los
adolescentes sobre conductas de conducción seguras se hagan con la presencia de
los padres, que se inicien antes de la edad de conducir y se mantengan a lo
largo del tiempo.
Consejos para
los conductores jóvenes con TDAH:
- Si estás
bajo tratamiento farmacológico consulta con tu especialista en TDAH para
acordar con él las medidas a tener en cuenta. Hay que evitar conducir durante
los primeros días de tratamiento por los posibles efectos de la medicación.
- Reduce al
mínimo las distracciones: no uses el teléfono móvil, no ajustes la radio, no
comas o consultes mapas.
- No conduzcas cuando estés enfadado. Hay que conducir de forma tranquila, aunque
otros conductores tengan comportamientos indebidos.
Consejos para
los padres de conductores jóvenes con TDAH (y sin TDAH):
- No
permitir que lleven a otros jóvenes hasta estar seguro de que tiene la
experiencia y criterios adecuados.
- Recordarle
que conducir no es un derecho si no un privilegio para el adolescente.
- Mantenerse
alerta ante cualquier actitud negativa que pueda afectar a su conducción.
- Recordarle
la importancia de la seguridad mientras conduce.
En
definitiva, teniendo en cuenta que los jóvenes con TDAH tienen una marcada
tendencia a la inatención y a la fácil distracción, cualquier elemento puede
llamar su atención aumentando su riesgo de accidente. Es por ello necesario conducir
dentro de los límites permitidos de velocidad y otras normativas establecidas.
Un trabajo
común del médico especialista en TDAH, del psicólogo, padres y profesores será determinante para concienciar al
adolescente y reducir así los posibles riesgos.
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