Primer acto
Escena
primera
Empieza describiendo una estancia, una casa de huéspedes y entrando en
escena sus dueños Molly y Giles, un matrimonio que debido a la herencia de la mujer a través de su tía pensó en abrir
este negocio.
Hace un tiempo espantoso y la radio anuncia dos cosas: la posible
incomunicación por culpa de la tormenta que se avecina y el homicidio de una
mujer en número 24
de la calle Culver . El
sospechoso es un hombre con abrigo oscuro, bufanda clara y sombrero de fieltro.
El matrimonio espera la llegada de sus huéspedes, que han reservado
estancia en el lugar.
El primer
huésped que llegó fue Christopher, un joven de aspecto alocado que comentó que
le encantaba el aspecto de la casa.
Después
aparece en escena la señora Boyle, la cual nada más llegar empieza a protestar
por todo. Detrás de ella viene el comandante Metcalf que se está haciendo cargo
del equipaje, ya que el taxi que tuvieron que compartir por ser el único que
quedaba en la estación, los dejó en la verja de la casa debido a la nevada.
Al cabo de
un rato entra en escena la señorita Casewell, una joven de aspecto varonil a la
que se le estropeó el coche a un km de la casa.
Por último
llama al timbre un hombre preguntando donde está, al ser informado que se
encuentra en la casa de huéspedes Monkswell se siente muy afortunado, ya que a
causa de la nieve estrelló su Rolls-Royce y esperaba ser alojado. Se trata de
Paravicini.
Escena segunda
La señora
Boyle continua protestando por las condiciones de la casa, el comandante
Metcalf le comenta que todo el mundo tiene un comienzo en su trabajo. Mollie
sugiere a su marido que despeje un poco la nieve de la entrada y el comandante
se presta a ayudarle. La señorita Casewell también conversa en el salón, todo
discurre con tranquilidad hasta que se oyen tres golpes secos en el cristal. Se
trata del sargento Trotter, que ha llegado esquiando al tener el paso cortado
por la nieve.
Una vez
dentro de la casa les explica que ha venido porque la situación en que se
encuentran es preocupante. En el asesinato de la señora Maureen, del número 24
de la calle Culver pueden estar implicadas algunas de las personas que están en
esta casa. Ya que en la escena del crimen se encontró un papel con dos
direcciones, una la del sitio del crimen y otra la de la casa Monkwell.
El policía
pide a todo el mundo que digan si conocen de algo un caso que sucedió hace años
en una casa cercana donde un matrimonio de granjeros acogió a tres niños
huérfanos y con el tiempo se supo que los maltrataron y alguno fue
asesinado. Por supuesto ningún huésped
dijo que tuviera nada que ver, aunque algunos si recordaban el caso.
Trotter les
recuerda la importancia que tiene que confiesen porque se encuentran en grave
peligro, en la escena del crimen apareció la letra de una canción “los tres
ratones ciegos” la cual hace sospechar que tras la muerte del primer ratón
habrá otras dos más. Y apunta a que se cometerá en la casa de Molly y Giles.
Todos son
sospechosos.
Los
acontecimientos se van desarrollando, el teléfono aparece cortado y empiezan a
sospechar ante todo de Christopher por sus características, aunque también de
Paravicini, por haber llegado sin previo aviso de alojamiento. Otro dato
importante era que Boyle había sido uno de los magistrados que sentó sentencia
a favor de que los niños fueran a la granja.
Cuando
parecía que todo estaba bajo control aparece muerta la señora Boyle, que se
encontraba escuchando la radio y fue sorprendida mientras se apagó la luz de la
sala.
Segundo acto
Trotter
intenta averiguar donde se encontraban todos en el momento del crimen. Pero no
se esclarece nada. Hay mucha tensión.
Los esquís
de Trotter desaparecen con lo cual él no puede desplazarse, ni recoger más
datos. El policía le dice a Molly que ella fue la maestra que dio clase a los
niños y que al marcharse el pequeño le pidió ayuda por carta y ella no le contestó.
La mujer se justifica diciendo que no lo dijo porque quería olvidar…que ella
estaba muy enferma y ni siquiera había leído la carta.
Trotter la
amenaza con retorcerle el pescuezo, se lo prometió a su hermano muerto hace
años. Él es el asesino.
De repente
entra en escena la señorita Casewell y le habla como a un niño, recordándole
cosas de si infancia. Le dice que se lo va a llevar a un lugar para cuidarlo.
Metcalf, que
era el auténtico policía camuflado dice que le ha dado un calmante al asesino y
que está con su hermana, que ya ha pasado todo.
El
matrimonio dueños de la casa hablan de los regalos que habían ido a comprar a
la ciudad la mañana del crimen y se los entregan uno al otro.
Cae el
telón
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